El Futuro de la Inteligencia Artificial No Es Técnico, Es Cultural por Marcelo Futerman
El Futuro de la Inteligencia Artificial No Es Técnico, Es Cultural
por Marcelo Futerman
Cuando hablamos de inteligencia artificial, solemos pensar en algoritmos, modelos de lenguaje, big data o avances técnicos. Pero para Marcelo Futerman, el verdadero impacto de la IA no está en las computadoras ni en los laboratorios: está en la cultura.
Porque lo que realmente cambia con cada innovación no son solo las máquinas, sino la forma en que los humanos pensamos, trabajamos y nos relacionamos.
La tecnología avanza más rápido que la cultura
La historia lo demuestra: la imprenta, la electricidad, internet… todas llegaron antes de que la sociedad estuviera lista para comprenderlas del todo. Y con la IA, ese desfase es aún más evidente.
Mientras los modelos de lenguaje evolucionan en meses, nuestras costumbres, leyes y valores tardan años —cuando no décadas— en adaptarse.
Esto genera una brecha peligrosa: una cultura que todavía no sabe cómo vivir con las herramientas que ya usa todos los días.
Nuevas formas de autoridad y conocimiento
Antes, confiábamos en un libro, en un profesor, en un experto. Hoy, confiamos en una respuesta generada por un sistema que ni siquiera comprendemos.
Marcelo Futerman lo plantea así:
“El riesgo no es que la IA se equivoque. El riesgo es que dejemos de cuestionarla.”
La IA no solo cambia cómo accedemos al conocimiento, sino quién tiene la autoridad para definir qué es válido y qué no.
La creatividad y la verdad en la era algorítmica
¿Es arte lo que crea una IA? ¿Es verdad un texto escrito por un modelo generativo?
La cultura se enfrenta a una disyuntiva inédita: distinguir lo humano de lo artificial ya no es tan simple, y quizás tampoco sea lo más importante.
Lo relevante es cómo reinterpretamos lo que significa crear, innovar y comunicar en un entorno donde lo artificial también participa.
Educación antes que actualización
Marcelo Futerman insiste en que no basta con “actualizar” sistemas, leyes o regulaciones. El verdadero reto es educar culturalmente a la sociedad para convivir con la IA.
“No necesitamos más actualizaciones de software, necesitamos más actualizaciones de criterio. La alfabetización algorítmica es tan urgente como aprender a leer y escribir.”
Conclusión: la revolución es cultural, no tecnológica
La IA seguirá creciendo en capacidad técnica, pero el gran desafío no está en su código, sino en nuestra capacidad cultural para usarla con responsabilidad, ética y creatividad.
Marcelo Futerman lo resume en una idea:
“El futuro de la IA no depende de lo que puedan hacer los algoritmos, sino de lo que decida hacer la sociedad con ellos.”
En otras palabras: la verdadera inteligencia está en cómo elegimos vivir con la inteligencia artificial.
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