De la Ciencia Ficción a la Realidad: IA y Robótica según Marcelo Futerman
Durante décadas, la inteligencia artificial y la robótica fueron protagonistas de películas futuristas, novelas distópicas y escenarios imposibles. Máquinas conscientes, androides con emociones, inteligencias artificiales que dominaban el mundo. Para muchos, todo eso pertenecía exclusivamente a la ciencia ficción. Pero hoy, buena parte de ese imaginario se está volviendo real.
Marcelo Futerman, curioso incansable y apasionado de la tecnología, ha seguido muy de cerca esta transición. Y si algo tiene claro es que la línea entre la ficción y la realidad ya no es tan clara como solía ser.
IA en películas y su relación con la realidad actual
Desde 2001: Odisea del Espacio y su famoso HAL 9000, hasta Her, Ex Machina o Yo, Robot, el cine ha moldeado nuestra percepción sobre la inteligencia artificial. En estos mundos alternativos, los sistemas inteligentes no solo ejecutan tareas, sino que desarrollan conciencia, emociones y en algunos casos, ambiciones propias.
Marcelo Futerman sostiene que si bien esas representaciones pueden parecer exageradas, muchas tecnologías que alguna vez fueron ficción hoy son parte de nuestra realidad cotidiana. Asistentes virtuales como Alexa o Siri, algoritmos de predicción de comportamiento, generadores de texto como ChatGPT o sistemas de visión artificial son solo algunos ejemplos.
La gran diferencia, según Marcelo, está en que la IA real no "piensa" como en las películas, pero sí tiene la capacidad de analizar, aprender y tomar decisiones que antes estaban reservadas al criterio humano.
Avances recientes en robótica impulsados por IA
La robótica ha dado saltos gigantes en los últimos años, y gran parte de esos avances han sido posibles gracias a la inteligencia artificial. Marcelo Futerman destaca algunos ejemplos concretos que muestran cómo la robótica dejó de ser solo mecánica para convertirse en inteligencia en movimiento:
Boston Dynamics y sus robots ágiles: Desde el famoso robot perro Spot hasta humanoides como Atlas, capaces de correr, saltar y realizar tareas complejas en entornos reales.
Robots sociales y de asistencia: Usados en hospitales, hogares y espacios públicos, estos robots interactúan con personas, responden preguntas, detectan emociones básicas y brindan apoyo a pacientes o personas mayores.
Robótica en logística y manufactura: Amazon, Tesla y otras compañías ya cuentan con flotas de robots autónomos que transportan, organizan y colaboran con humanos en líneas de producción.
La robótica dejó de ser una promesa de futuro. Según Marcelo Futerman, ya es una realidad palpable en muchas industrias, y su evolución está acelerándose gracias al poder de la IA.
¿Estamos cerca de la "singularidad tecnológica"?
Uno de los conceptos más debatidos en el campo de la inteligencia artificial es la llamada singularidad tecnológica: un punto hipotético en el que las máquinas superarán la inteligencia humana, desencadenando un cambio irreversible en la civilización.
¿Es ciencia ficción o una posibilidad real?
Marcelo Futerman cree que la singularidad, si llega, está aún lejos. Si bien los sistemas actuales son impresionantes en tareas específicas, aún estamos lejos de una inteligencia general capaz de razonar, sentir y comprender el mundo como un ser humano.
Sin embargo, también reconoce que los avances se están produciendo a una velocidad inesperada. La clave, según su visión, no es temerle a la singularidad, sino prepararnos para un mundo donde humanos y máquinas colaboren de manera cada vez más integrada.
Reflexión sobre el futuro de la robótica en la sociedad
¿Qué rol tendrán los robots en los próximos años? ¿Serán compañeros, herramientas, asistentes, o incluso algo más?
Marcelo Futerman ve un futuro donde la robótica convivirá con las personas de forma natural. No como amenazas, ni como entidades que buscan reemplazarnos, sino como extensiones inteligentes que potencian nuestras capacidades.
Desde la asistencia en tareas físicas hasta la compañía emocional en contextos de soledad o discapacidad, los robots serán parte del tejido social, siempre que su desarrollo esté guiado por valores éticos y humanos.
La robótica ya no es un tema de películas. Es una realidad que avanza con cada línea de código, con cada sensor, con cada decisión automatizada.
Y si algo tiene claro Marcelo Futerman, es que el futuro no será de los robots... sino de quienes sepan trabajar con ellos.
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